En un mundo donde más de 1,400 millones de adultos no tienen acceso a servicios bancarios, la evaluación de la solvencia crediticia es un desafío cada vez más urgente, especialmente en países de ingresos bajos y medios, donde menos del 10% de las personas están registradas en burós de crédito públicos.
La dependencia de datos crediticios tradicionales presenta limitaciones, desde su escasez hasta su incapacidad para reflejar cambios rápidos en la situación financiera, como la pérdida de empleo o cambios de vida. La llegada de las criptomonedas también ha añadido complejidad al análisis de riesgos.
Este panorama abre la puerta a explorar cómo los datos alternativos pueden ofrecer una visión más profunda de la solvencia crediticia, especialmente para quienes han sido históricamente desatendidos por las instituciones bancarias.
Uso de la huella digital como señal crediticia
Hoy, una cuenta bancaria o historial crediticio tradicional ya no es el único indicador de fiabilidad financiera. Un indicador más universal y accesible es la huella digital. Hasta enero de 2024, había 5.35 mil millones de usuarios de internet en el mundo (66% de la población global), de los cuales 5.04 mil millones son usuarios de redes sociales.
La monitorización de la huella digital implica recopilar e interpretar información de las actividades y presencia en línea de un individuo, junto con señales digitales, sociales y de comportamiento en tiempo real. Este enfoque facilita la verificación de información, ayuda a las instituciones financieras a evaluar marcadores alternativos de estabilidad económica y añade una capa crucial de prevención de fraudes para diferenciar solicitantes legítimos de aquellos inelegibles o fraudulentos.
Al aprovechar una visión integral del comportamiento digital de sus clientes, las instituciones financieras pueden lograr un nuevo nivel de precisión, agilidad y exactitud, minimizando al mismo tiempo las fricciones en la experiencia del usuario.
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Redes sociales más populares
La mayoría de las personas tienen un correo, un número telefónico y están conectadas a plataformas digitales. En América Latina, los usuarios tienen en promedio 8.7 perfiles sociales, mientras que en Asia es 8, África 9.5, Europa y Norteamérica 10.3, y Oceanía 10.7.
Cada región muestra preferencias distintas: en Norteamérica destacan Apple, Amazon y Spotify, en África son populares Twitter, Instagram y Pinterest, y en Asia predominan Instagram, Pinterest y Apple. WhatsApp y Telegram son populares en todo el mundo, con opciones locales como Flipkart en Asia y Line en Oceanía.
Tener menos de 6-7 perfiles sociales puede indicar mayor riesgo, debido a menos señales digitales. Este tipo de datos ayuda a predecir el comportamiento de los clientes, detectar fraudes y evaluar riesgos de impago, resaltando la importancia de los datos alternativos en la evaluación crediticia.
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Indicadores de estabilidad financiera
Ciertas señales digitales y sociales pueden indicar estabilidad financiera, capacidad de pago y comportamientos económicos. El uso regular de servicios de suscripción como Spotify, Disney+ y Netflix sugiere ingresos disponibles y una gestión financiera consistente. Los datos laborales en plataformas como LinkedIn reflejan ingresos estables y estabilidad profesional.
La preferencia por marcas tecnológicas de alto valor como Apple y Samsung puede señalar poder adquisitivo y prioridades financieras. Además, transacciones en servicios que requieren verificación KYC, como Airbnb, demuestran un mayor compromiso financiero y responsabilidad.
El análisis de datos en distintas regiones muestra que, aunque estos indicadores son comunes, presentan matices regionales. Por ejemplo, en América Latina, el uso de Spotify y Apple es frecuente, lo que sugiere una cultura de inversión en entretenimiento digital y tecnología de alto valor. En Europa y Norteamérica, plataformas como Airbnb y LinkedIn destacan, reflejando fiabilidad financiera y participación profesional.
Este análisis regional subraya la importancia de comprender los comportamientos digitales locales. Reconocer estos patrones permite a las instituciones financieras evaluar mejor la solvencia y salud financiera de las personas, adaptando sus servicios y ofertas a las necesidades específicas de cada mercado.
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Solvencia crediticia en un mundo conectado
En una era donde predominan las economías basadas en efectivo y la falta de historiales crediticios tradicionales, la huella digital —apoyada en señales sociales y datos de comportamiento— surge como un método innovador para cuantificar la ciudadanía digital y fortalecer la resiliencia del ecosistema financiero global. Al aprovechar diversas fuentes de datos, el sector financiero puede ampliar su alcance, mejorar la evaluación de riesgos, impulsar la innovación, fomentar la inclusión financiera y adaptarse al cambiante panorama económico.
Una comprensión más detallada y dinámica del comportamiento financiero de una persona permite a las instituciones financieras personalizar mejor sus servicios y productos, ofreciendo soluciones acordes a las necesidades y riesgos de cada cliente, basándose no solo en acciones financieras pasadas, sino en una visión integral de su vida digital.
Fuentes: