En 2023, el Banco Mundial redujo su previsión de crecimiento a 1,7%, frente al 2,9% del año anterior. Mientras que el 2,9% suscitaba la pregunta: «¿Vamos hacia una recesión?», el 1,7% se sitúa en el territorio de «¿Cómo superamos esta evidente recesión?».
Independientemente de si el dedo acusador apunta a los efectos de la guerra en Ucrania, la pandemia o las consecuencias del colapso de la criptobolsa FTX, las empresas de todo el mundo deberían subsanar las pérdidas en sus cuentas de resultados si esperan mantenerse a flote. Por diversas razones, las épocas de recesión económica siempre conducen a más defraudadores dispuestos a atacar.
Por supuesto, incluso para las empresas que se preparan proactivamente para hacer frente a estos desafíos, el primer paso es identificar dónde es más probable que el fraude afecte a tu rentabilidad.
Caída financiera, aumento del fraude
Hace más de diez años, tras la recesión de 2007-2009, la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados publicó los resultados de su encuesta, concluyendo que la intensa presión financiera durante la crisis económica provocó un aumento del fraude.
Desde entonces, el mundo financiero se ha visto sometido a una fuerte presión para adoptar la digitalización. Hoy en día, muchas empresas gestionan su correspondencia y sus transacciones principalmente en línea, lo que aumenta su alcance, pero también las vuelve más vulnerables a los ataques de los estafadores en línea.
La combinación de este aumento en los ataques y el difícil panorama financiero hacen que tanto los particulares como las empresas estén expuestos. Este entorno propicia el aumento del fraude que se aprovecha de estas vulnerabilidades.Tanto los consumidores como los negocios deben estar informados de lo que pueden enfrentarse.
Por ejemplo, los casos de fraude de pagos push autorizados (APP), los intentos de phishing a gran escala y el fraude publicitario costarán a consumidores y empresas cada vez más miles de millones el año que viene. Inside Intelligence informa de que sólo el fraude publicitario costará a la economía mundial más de 100.000 millones de dólares este año.
En la práctica, es posible que muchas personas hayan notado un aumento de los intentos de phishing en sus dispositivos personales. Los mensajes de texto que informan de que una cuenta de Apple Wallet o PayPal se ha visto comprometida y requieren una nueva verificación son intentos evidentes de sustraer información personal que luego puede utilizarse para realizar ataques de robo de cuentas (ATO), un método de fraude que ha registrado un crecimiento interanual desproporcionadamente grande en comparación con el crecimiento del propio comercio electrónico.
Además de esto, las empresas también tienen una mayor exposición al riesgo ante los reguladores internacionales, en particular dentro del ámbito de los mandatos AML y KYC. Casos sonados de negligencia en la seguridad del cliente, como el de FTX, han hecho que los legisladores internacionales endurezcan las medidas coercitivas existentes. El año pasado, la FCA británica impuso a las empresas más de 200 millones de libras en multas por negligencia en materia de KYC. Por su parte, las multas de AML superaron los 1.600 millones de dólares el año pasado.
Las empresas que esperan evitar exponerse a este tipo de golpes deberían ajustar sus estrategias de gestión para acompañar los peligros que van de la mano con el clima de recesión.
¿Cómo ha afectado la recesión al fraude en Latinoamérica?
La región de América Latina no es ajena a las dificultades económicas de los últimos años. La estrecha relación comercial de varios países latinoamericanos con Estados Unidos, así como los desafíos propios al interior de cada país agudizan algunos de los problemas que hemos descrito a lo largo de este artículo.
En el caso de Latinoamérica, las repercusiones de la recesión en el fraude varían de un país a otro, y analizar estos cambios como un conjunto se vuelve un desafío al considerar las realidades económicas tan diversas dentro de la región.
Sin embargo, podemos observar la misma tendencia que hemos detallado en las demás regiones: en tiempos de dificultades económicas, las tasas de fraude.
Solo basta hacer un breve repaso por distintas notas de la prensa financiera en la región durante algunos años clave, como el 2009, para darse cuenta de la relación directa que existe entre la crisis financiera y el incremento en los casos de fraude:
- Durante el 2009, distintos medios hicieron eco de la encuesta de fraude realizada por Kroll Argentina, que reveló un incremento del 150% en pérdidas de fraude en Latinoamérica.
- México, uno de los países que resintió más profundamente la recesión de ese año, se posicionó como el quinto país con mayor incidencia de fraude a nivel mundial con 51 puntos porcentuales, según la Encuesta Global de Delitos Económicos de 2009 de PWC.
- Tan solo un año antes, Colombia había sufrido uno de sus mayores escándalos de fraude con el sonado caso de la “Crisis de las pirámides”, en el que fue necesaria la intervención del estado para disolver a numerosas empresas fantasma que ofrecían prometedores retornos de inversión.
En años posteriores, la incidencia fraudulenta fue más bien volátil, con picos de fraude relacionados con eventos puntuales de países en específico. Sin embargo, a partir del 2020, con el panorama económico adverso que afectó a toda la región en general, se pudo observar ese mismo crecimiento de la actividad fraudulenta de manera uniforme.
La pandemia de Covid-19 no sólo propició un aumento del crimen financiero únicamente por el desgaste que provocó en la economía global, sino también por el auge del comercio electrónico en toda la región por el confinamiento. A pesar de la delicada situación financiera de la gran mayoría de la población latinoamericana, los comercios electrónicos tuvieron un crecimiento exponencial.
Truora informó en su reporte del fraude de 2020 que las transacciones de comercio electrónico aumentaron 230% en la región, con incrementos tan significativos como el de un 500% en el caso de México y 900% en el caso de Perú. Sin embargo, dicho reporte también pone de manifiesto cómo ese crecimiento desproporcionado le abrió las puertas de par en par a todo tipo de estafadores que podrían aprovecharse de usuarios que jamás habían tenido contacto con los pagos electrónicos, siendo los ataques de phishing y los intentos de fraude amistoso los tipos de fraude más comunes.
A partir de ese año, el crecimiento del fraude ha sido exponencial en la región. Tan solo en México, hubo aproximadamente 60 mil millones de intentos de ataques cibernéticos durante el primer semestre del 2021, cerrando el año con un incremento del 52% en denuncias por fraude respecto al año pasado.
En cuanto a estadísticas más recientes, el Panorama de Amenazas Kaspersky de 2022 apunta un incremento del 30% en el número de ciberataques en toda la región latinoamericana durante 2022, con un pico de 117 millones de ataques en mayo de dicho año.
¿Cómo ha afectado la recesión al fraude en Estados Unidos?
Cualquier alteración en la dinámica financiera de un país brinda oportunidades a los defraudadores para infiltrarse en las empresas.
En tiempos de dificultades económicas, muchas organizaciones reducen o incluso suprimen departamentos aparentemente no esenciales, en un esfuerzo por ahorrar dinero.
Las empresas pequeñas o nuevas con presupuestos más bajos sienten una mayor presión para ahorrar gastos, incluso a nivel de seguridad o gestión de riesgos, lo que las hace más susceptibles a los ataques. Por otro lado, algunas grandes organizaciones pueden subestimar la importancia de la seguridad digital actualizada y de la capacitación de los empleados, lo que provoca la reducción de estos equipos esenciales.
Debido a ello, los estafadores que antes eran repelidos por departamentos de seguridad con presupuestos más elevados suelen tener más oportunidades de infiltrarse en empresas vulnerables. Las consecuencias pueden ir desde el robo de identidades hasta la apropiación de cuentas, filtraciones de datos y mucho más.
En el punto álgido de la recesión, en 2009, el Centro de Denuncias de Delitos en Internet de la Oficina Federal de Investigaciones recibió 336.655 denuncias de delitos en línea, un 22,3% más que el año anterior. Las pérdidas monetarias totales ascendieron a 559,7 millones de dólares, más del doble que en 2008.
En los años posteriores a la recesión económica, se produjo un descenso constante del número de denuncias por delitos en línea. En 2013, esa cifra rondaba las 262.813.
De 2014 a 2018, el número de denuncias ante el Centro aumentó cada año, siendo el número total registrado en 2018 de 351.938, unas 15.283 más que en 2009, durante la recesión.
Cuando la recesión más reciente afectó a Estados Unidos en 2020, tras el brote de COVID-19, la Oficina de Estadísticas Laborales informó de que el desempleo alcanzó su nivel más alto, con un máximo del 14,7% en abril.
Ese mismo año, el número de denuncias de delitos en línea al Centro de Denuncias de Delitos en Internet se disparó a 791.790, un aumento del 69,4% respecto a las 467.361 denuncias registradas en 2019. Según los informes, las pérdidas monetarias totales de la delincuencia en línea superaron los 4.200 millones de dólares en 2020, lo que supone un aumento del 20% respecto a los 3.500 millones de dólares de pérdidas estimadas el año anterior. Aunque los datos exactos del ejercicio de 2022 todavía están por llegar, una estimación de AtlasVPN sitúa la proyección en 10.470 millones de dólares, lo que representa un aumento enorme de más del 50% a medida que el panorama económico entra en la zona de recesión.
Con un vínculo tan estrecho entre la delincuencia en línea y las dificultades económicas, es más esencial que nunca proteger tu negocio frente a los estafadores. La reestructuración empresarial, por ejemplo, y la reducción de personal, incluidos los directivos, pueden tener efectos perjudiciales en cualquier empresa.
En estos casos, se puede pedir a la plantilla reducida que asuma tareas que quedan fuera de su ámbito de especialización y para las que puede que no hayan recibido formación en mitigación de riesgos. Mientras tanto, los equipos de seguridad pueden quedar desatendidos, y las reducciones presupuestarias brindan a los delincuentes mayores oportunidades.
¿Cómo ha afectado la recesión al fraude en el Reino Unido?
Durante una recesión, las personas que sufren la presión de la inflación pueden ser más vulnerables económicamente y, por lo tanto, a los estafadores. La recesión de 2008 supuso una caída del PIB del 2,1% y un aumento del 7,3% de los delitos de fraude en el Reino Unido.
Cuando el costo de la vida se hace cada vez más elevado, la gente promedio que busca nuevas fuentes de ingresos puede estar más dispuesta a hacer la vista gorda ante ofertas demasiado buenas para ser ciertas, o ser más crédula cuando se trata de ofertas de dinero fácil y rápido. Este tipo de ofertas, una vez examinadas, siempre resultan ser facetas de una empresa delictiva fraudulenta.
Más o menos al mismo tiempo, la Oficina Nacional de Estadística informó que la proporción de usuarios de tarjetas de plástico del CSEW que habían sido víctimas de fraude con tarjeta aumentó del 4% en 2006-07 al 6% en 2009.
Un informe sobre ciberdelincuencia del Ministerio del Interior afirma que se produjo un descenso en el fraude con tarjetas no presentes a través de Internet en el sector bancario/tarjetas de pago, pasando de un máximo de 181,7 millones de libras en 2008 a 135,1 millones de libras en 2010, cuando la economía se estaba recuperando de la recesión. La transformación digital de los años siguientes podría haber provocado el aumento de 2012 a 140,2 millones de libras.
Hoy en día, con el aumento del coste de la energía, el gas, los alimentos y el alquiler, los ciudadanos de todo el país están recortando sus gastos más que nunca. El Banco de Inglaterra prevé que la inflación del Índice de Precios al Consumo (IPC) alcance un máximo del 13,3% en octubre de 2022.
Tras las pasadas recesiones, gran parte de la economía se ha digitalizado. Aunque proporciona cierta seguridad y disminuye los costes en forma de eliminación de trámites burocráticos y posibilita los pagos automatizados, esta transformación digital aumenta la superficie de ataque, ya se trate de fraudes financieros, robos de cuentas u otras estafas propias de los defraudadores.
Las estadísticas confirman que la delincuencia en línea aumenta durante una recesión. ActionFraud informa de que el número total de denuncias de fraude en línea en 2021 ascendió a 865.622. Aunque aún no se ha publicado el volumen de denuncias para 2022, en el Sexto Informe Especial de la Sesión del Parlamento británico, el gobierno reconoció que las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley necesitaban actualmente un nuevo sistema para gestionar el volumen de denuncias de fraude, y solicitó la implementación de un sistema automatizado para agilizar la forma en que se ejecuta, lo que indica un crecimiento interanual a partir de 2021.
Mientras tanto, la cantidad total de pérdidas ocasionadas por los estafadores en línea aumentó de 2.350 millones de libras esterlinas en 2020-21, a 4.000 millones de libras esterlinas en 2022.
Dentro de esta alarmante cifra, cabe destacar que, de los casos en los que se vieron implicados más de 100.000 £, el número de casos descendió un 27%, pasando de 298 a 219, estos casos representaron una subida del 151%, totalizando 1.120 millones de £ frente a los 444,7 millones de £ del año anterior.
En comparación con el año anterior, 2022 resultó ser el año más peligroso para el grupo de edad de 30 a 39 años, frente a 2021, en el que el grupo de edad de 20 a 29 años fue el más propenso a ser víctima.
¿Cómo pueden protegerse las empresas del fraude en la recesión?
Como empresa, hay medidas sencillas que puedes tomar para salvaguardar tus operaciones, así como algunas estrategias de mayor impacto, desde una mejor formación del personal hasta la actualización de tu pila de riesgos con soluciones más sofisticadas.
Ahí es donde pueden ayudar las empresas de prevención del fraude como SEON, que aprovechan el cambio global hacia lo digital para detener el fraude y la delincuencia sin afectar a la experiencia del cliente, mediante el análisis de la huella digital, los tests de velocidad, el análisis de IP, etc. Para tapar las inevitables fugas provocadas por estafadores audaces, SEON proporciona a los equipos de riesgo todas las herramientas que necesitan, tanto de forma automatizada como manual.
¿Cómo pueden protegerse los individuos del fraude en la recesión?
Como individuo, la mejor manera de protegerte del fraude en una recesión es conocer bien los riesgos y los métodos. Hay abundantes recursos de buena reputación disponibles en línea en sitios web, así como en YouTube, para aprender los conceptos básicos para mantenerse seguro en línea.
Metodología
Queríamos averiguar cómo puede afectar una recesión al fraude y ofrecer consejos sobre cómo pueden protegerse de él particulares y empresas.
Obtuvimos el número de denuncias de delitos en línea y las pérdidas totales en dólares por fraude en línea cada año de los informes anuales del Centro de Denuncias de Delitos en Internet de la Oficina Federal de Investigaciones.
Obtuvimos la tasa de desempleo civil en Estados Unidos de la Oficina de Estadísticas Laborales, utilizando la tasa de desempleo de abril de cada año.
La información sobre el ciclo del fraude durante una recesión se obtuvo de Fraud in a Downturn de PwC.
La información sobre casos de fraude en el Reino Unido en 2019-20 y 2020-21 se obtuvo de ActionFraud.
La información sobre el fraude con tarjeta no presente a través de Internet procede del Ministerio del Interior británico.
Los datos respecto a las tendencias de fraude en latinoamérica se obtuvieron de una encuesta de Kroll argentina publicada en el Cronista.com
Encuesta Global de Delitos Económicos de 2009 de PWC
El numero de ataques cibernéticos en Mexico fue encontrado en El Financiero
Estadisticas de ataques financieros América Latina en el 2022 – Kaspersky